Administradora: Jimms
Admi adj: Dessie
Creada: 05.05.10
Abierto: No date
Capítulo: No date
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Eva ((Karen Gillan))
Bring me to life Rol :: Personajes :: Personajes :: Vampiros
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Eva ((Karen Gillan))
Eva
Chrystelle Dómine | Eva (nadie fuera de los Cuatro conoce su verdadero nombre)
29/febrero/desconocido | 20 años {desconocido} | Gobierno
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Reseña: Eva. La primera mujer, pura y deliciosa. Así fue como la bautizaron hace mucho, mucho tiempo, y ya nadie queda que recuerde su verdadero nombre. Sus padres la llamaron Chrystelle, Chrystelle Dómine, cuando siglos atrás era una niña normal. Vivía sola con su padre, un noble francés de alta cuna, del que apenas habla. Su infancia con él fue una de las etapas más aburridas de su vida, tan nimia e insignificante que ni siquiera merece ser recordada.
Siendo aún una niña fue raptada por unos vampiros, que asesinaron a su padre y la adoptaron como esclava. Al principio fue difícil, era maltratada y torturada, haciendo de su existencia un infierno. Se encontraba en una casa rodeada de otros esclavos, humanos y vampiros, encerrada sin escapatoria a sus abusos, con personas que desfogaban su rabia y frustración contra ella, el ser más pequeño en aquella casa. Sin embargo, pronto las cosas cambiaron, cuando sus dueños, una pareja de vampiros (aunque por entonces ella ni siquiera sabía que significaba aquella palabra) que se hacían llamar Janice y Augusto, la tomaron como su muñeca, dándole el nombre de Eva y colocándola por encima del resto de esclavos, y fue cuando su vida mejoró. Ya habían pasado algunos años, pero a pesar de su edad seguía teniendo ese aspecto inocente que tanto les gustaba y, en cierto sentido, nunca tuvo tiempo de madurar, así que por un lado la trataban como a una especie de niña, la vestían y maquillaban al gusto, pero también hacían con ella lo que querían, y buena parte de su piel estaba cubierta de marcas de mordiscos cicatrizadas, aunque la mayoría estaban en zonas escondidas a primera vista, para no estropear su aspecto de perfección infantil.
Acababa de cumplir veintidós cuando contrajo la tuberculosis, al igual que buena parte del harén de esclavos de Janice y Augusto pero, al contrario que a todos ellos, a Eva decidieron salvarla de la muerte, de la única forma que tiene un vampiro: convirtiéndola, algo de lo que se encargó Janice, la mayor de los dos hermanos. No significó un verdadero cambio en su vida, salvo su método de subsistencia; ahora ella también se había convertido en una depredadora. Nunca sintió verdadera compasión por sus víctimas o asco por sí misma, ni siquiera al principio. Después de todo, para ella eso era la vida, lo que había visto desde que era una niña. No cambió, tampoco, su relación con Janice y Augusto. Nunca intentó rebelarse, sabía de sobra que jamás podría con ellos. Seguía siendo su muñeca (ahora para siempre), así que nunca se preocuparon por enseñarle nada. No hizo falta. Era paciente y observadora, y lo aprendió todo tan solo observando a sus “mentores”. Ahora era una vampiresa, tenía toda la eternidad para aprender y estar con ellos, para seguir siendo su muñeca, como había sido en vida, como había sido la mayoría de su vida. Pero eso no significaba que estuviera dispuesta a pasar toda la eternidad así. Les conocía mejor de lo que ellos lo hacían y conocía sus puntos débiles. Se habían encariñado con ella, algo que ella jamás haría. Ninguna persona merecía su respeto, algo que le había demostrado su vida, ya algo más larga que lo de cualquier humano, y más con su aspecto. Humanos y vampiros, todos eran iguales. Solo miraban por sí mismos, buscaban el sufrimiento de los demás, no merecían su confianza.
Los asesinó. Fríamente acabó con ellos, y con todo su harén. Se acabó ser la muñeca de nadie, el juguete de nadie. Nunca sintió remordimientos, ni en la muerte de Janice y Augusto ni en ninguna de las que había causado desde entonces, que ya eran más de las que podía contar. Con su historia, nunca tuvo moral, y fue algo que no aprendió con la edad. Sin embargo, aprendió a ganarse la vida actuando, algo que ya le sirvió con Janice y Augusto, y que le serviría a lo largo de los siglos y de sus viajes por Europa y los otros continentes. Así fue como conoció a Lorcan, y a través de él a Victoria y Varick. Todos habían sido utilizados por esos vampiros, por los diez hermanos que habían condicionado sus vidas y las habían convertido en lo que ahora eran en contra de sus voluntades. Todos habían conseguido liberarse de aquello, cada uno a su manera. Entonces, Lorcan les propuso algo: una alianza para acabar con ellos y su desorganizado poder, lo que los convertiría en los vampiros más ancianos y, según todos habían aprendido ya, los más poderosos. Así establecieron el gobierno entre los cuatro, dominando al resto de la población vampírica, cada vez más extendida. Solo a ellos los considera dignos de ser respetados e incluso considerados “amigos”, su “familia”, aunque aún desconfía de ellos como de cualquier otro ser vivo, y aún con más razón en su caso. Es la más pequeña de los Cuatro, pero aún así entre todos se encargaron de que hubiera suficiente diferencia para que su poder no fuera cuestionado.
Eva nunca llegó a madurar del todo, o al menos no del modo en que suelen madurar las personas. Es capaz de ser lo que quiera para conseguir su meta, y eso ha mejorado mucho con los años. Increíblemente caprichosa y malcriada (cuando no era la hora del “juego” solían tratarla como una reina), se pone de un terrible humor cuando algo le sale mal (lo cual es muy extraño que ocurra, pues nadie se atreve, o si quiera es capaz, de decirle que no). Curiosamente sigue disfrutando con esa apariencia de niña perdida, que además es perfecta para atraer víctimas con las que ella también juega, aunque nunca se encariña con ellas como Janice y Augusto dejaron que pasara. Ahora es ella la que tiene el poder, y no está dispuesta a perderlo tan fácilmente. Le gusta demasiado. Sigue siendo muy observadora y calculadora, y unas de sus primeras metas después de abandonar la guarida de sus mentores fue “conocerse a sí misma”, ya que fue ese su mayor fallo. Solo si te conoces bien puedes neutralizar tus debilidades, y solo sin debilidades puedes mantenerte en el poder.
Gustos: Fingir, especialmente hacerse pasar por joven inocente, y engañar a humanos que la vean desprotegida, aunque también acostumbra a entretenerse con vampiros… sencillamente, hay más. Jugar, desde inocentes juegos infantiles, hasta otros algo más sangrientos o considerablemente más subidos de tono. La compañía, aunque bien administrada. No le suele gustar estar entre mucha gente, pues pierde su identidad y lo que ello conlleva, aunque es muy divertido estar con otra gente y hacer cosas con ellos (y en este casos “con” no tiene por qué significar compañía estrictamente hablando). Es una obsesa de los olores, así que le gusta ir bien perfumada y olerlo todo.
Odios: Que no le presten atención, pasar desapercibida, que la desobedezcan o la ignoren. Que le digan que no a algo. Perder el pode, sentirse ignorada o subestimada. Tal vez tenga ese aspecto inocente, pero tiene un carácter muy fuerte que no permite a nadie imponerse sobre ella. El sol y cualquier otro tipo de luz, no solo por el peligro que suponen, sino porque rompen el encanto. Los olores desagradables.
Banda Sonora: Black & Silver - Xandria
Padres: Gisèle y Elliot Dómine (RIP)
Hermanos:
Hijos:
Otra familia: Janice y Jacobo, vampiros de los que fue esclava y que la convirtieron (RIP)
Otras relaciones: Lorcan Ahearn, Victoria Mars, y Varick Koning. Se buscan.
¿Puede morir?: ¡No!
Interpretado por: Karen Gillan
Llevado por: Nombrezita
Siendo aún una niña fue raptada por unos vampiros, que asesinaron a su padre y la adoptaron como esclava. Al principio fue difícil, era maltratada y torturada, haciendo de su existencia un infierno. Se encontraba en una casa rodeada de otros esclavos, humanos y vampiros, encerrada sin escapatoria a sus abusos, con personas que desfogaban su rabia y frustración contra ella, el ser más pequeño en aquella casa. Sin embargo, pronto las cosas cambiaron, cuando sus dueños, una pareja de vampiros (aunque por entonces ella ni siquiera sabía que significaba aquella palabra) que se hacían llamar Janice y Augusto, la tomaron como su muñeca, dándole el nombre de Eva y colocándola por encima del resto de esclavos, y fue cuando su vida mejoró. Ya habían pasado algunos años, pero a pesar de su edad seguía teniendo ese aspecto inocente que tanto les gustaba y, en cierto sentido, nunca tuvo tiempo de madurar, así que por un lado la trataban como a una especie de niña, la vestían y maquillaban al gusto, pero también hacían con ella lo que querían, y buena parte de su piel estaba cubierta de marcas de mordiscos cicatrizadas, aunque la mayoría estaban en zonas escondidas a primera vista, para no estropear su aspecto de perfección infantil.
Acababa de cumplir veintidós cuando contrajo la tuberculosis, al igual que buena parte del harén de esclavos de Janice y Augusto pero, al contrario que a todos ellos, a Eva decidieron salvarla de la muerte, de la única forma que tiene un vampiro: convirtiéndola, algo de lo que se encargó Janice, la mayor de los dos hermanos. No significó un verdadero cambio en su vida, salvo su método de subsistencia; ahora ella también se había convertido en una depredadora. Nunca sintió verdadera compasión por sus víctimas o asco por sí misma, ni siquiera al principio. Después de todo, para ella eso era la vida, lo que había visto desde que era una niña. No cambió, tampoco, su relación con Janice y Augusto. Nunca intentó rebelarse, sabía de sobra que jamás podría con ellos. Seguía siendo su muñeca (ahora para siempre), así que nunca se preocuparon por enseñarle nada. No hizo falta. Era paciente y observadora, y lo aprendió todo tan solo observando a sus “mentores”. Ahora era una vampiresa, tenía toda la eternidad para aprender y estar con ellos, para seguir siendo su muñeca, como había sido en vida, como había sido la mayoría de su vida. Pero eso no significaba que estuviera dispuesta a pasar toda la eternidad así. Les conocía mejor de lo que ellos lo hacían y conocía sus puntos débiles. Se habían encariñado con ella, algo que ella jamás haría. Ninguna persona merecía su respeto, algo que le había demostrado su vida, ya algo más larga que lo de cualquier humano, y más con su aspecto. Humanos y vampiros, todos eran iguales. Solo miraban por sí mismos, buscaban el sufrimiento de los demás, no merecían su confianza.
Los asesinó. Fríamente acabó con ellos, y con todo su harén. Se acabó ser la muñeca de nadie, el juguete de nadie. Nunca sintió remordimientos, ni en la muerte de Janice y Augusto ni en ninguna de las que había causado desde entonces, que ya eran más de las que podía contar. Con su historia, nunca tuvo moral, y fue algo que no aprendió con la edad. Sin embargo, aprendió a ganarse la vida actuando, algo que ya le sirvió con Janice y Augusto, y que le serviría a lo largo de los siglos y de sus viajes por Europa y los otros continentes. Así fue como conoció a Lorcan, y a través de él a Victoria y Varick. Todos habían sido utilizados por esos vampiros, por los diez hermanos que habían condicionado sus vidas y las habían convertido en lo que ahora eran en contra de sus voluntades. Todos habían conseguido liberarse de aquello, cada uno a su manera. Entonces, Lorcan les propuso algo: una alianza para acabar con ellos y su desorganizado poder, lo que los convertiría en los vampiros más ancianos y, según todos habían aprendido ya, los más poderosos. Así establecieron el gobierno entre los cuatro, dominando al resto de la población vampírica, cada vez más extendida. Solo a ellos los considera dignos de ser respetados e incluso considerados “amigos”, su “familia”, aunque aún desconfía de ellos como de cualquier otro ser vivo, y aún con más razón en su caso. Es la más pequeña de los Cuatro, pero aún así entre todos se encargaron de que hubiera suficiente diferencia para que su poder no fuera cuestionado.
Eva nunca llegó a madurar del todo, o al menos no del modo en que suelen madurar las personas. Es capaz de ser lo que quiera para conseguir su meta, y eso ha mejorado mucho con los años. Increíblemente caprichosa y malcriada (cuando no era la hora del “juego” solían tratarla como una reina), se pone de un terrible humor cuando algo le sale mal (lo cual es muy extraño que ocurra, pues nadie se atreve, o si quiera es capaz, de decirle que no). Curiosamente sigue disfrutando con esa apariencia de niña perdida, que además es perfecta para atraer víctimas con las que ella también juega, aunque nunca se encariña con ellas como Janice y Augusto dejaron que pasara. Ahora es ella la que tiene el poder, y no está dispuesta a perderlo tan fácilmente. Le gusta demasiado. Sigue siendo muy observadora y calculadora, y unas de sus primeras metas después de abandonar la guarida de sus mentores fue “conocerse a sí misma”, ya que fue ese su mayor fallo. Solo si te conoces bien puedes neutralizar tus debilidades, y solo sin debilidades puedes mantenerte en el poder.
Gustos: Fingir, especialmente hacerse pasar por joven inocente, y engañar a humanos que la vean desprotegida, aunque también acostumbra a entretenerse con vampiros… sencillamente, hay más. Jugar, desde inocentes juegos infantiles, hasta otros algo más sangrientos o considerablemente más subidos de tono. La compañía, aunque bien administrada. No le suele gustar estar entre mucha gente, pues pierde su identidad y lo que ello conlleva, aunque es muy divertido estar con otra gente y hacer cosas con ellos (y en este casos “con” no tiene por qué significar compañía estrictamente hablando). Es una obsesa de los olores, así que le gusta ir bien perfumada y olerlo todo.
Odios: Que no le presten atención, pasar desapercibida, que la desobedezcan o la ignoren. Que le digan que no a algo. Perder el pode, sentirse ignorada o subestimada. Tal vez tenga ese aspecto inocente, pero tiene un carácter muy fuerte que no permite a nadie imponerse sobre ella. El sol y cualquier otro tipo de luz, no solo por el peligro que suponen, sino porque rompen el encanto. Los olores desagradables.
Banda Sonora: Black & Silver - Xandria
Padres: Gisèle y Elliot Dómine (RIP)
Hermanos:
Hijos:
Otra familia: Janice y Jacobo, vampiros de los que fue esclava y que la convirtieron (RIP)
Otras relaciones: Lorcan Ahearn, Victoria Mars, y Varick Koning. Se buscan.
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